martedì 22 novembre 2011

Las razones por las que Berlusconi cayó..

La carrera política de Silvio Berlusconi, que ha dominado la vida italiana durante los últimos 17 años, interpretando simultáneamente un increíble número de papeles: magnate de la televisión, propietario de un equipo de fútbol, primer ministro, acusado en numerosas demandas penales y playboy internacional.


Parece curiosamente apropiado que Berlusconi —que prometió tantas cosas y cumplió tan pocas— abandone el escenario por la derecha, dejando tras él una escena de devastación moral y financiera. El país está a punto de suspender pagos, y el Fondo Monetario Internacional ha puesto a Italia bajo vigilancia porque ha perdido su fe en que el Gobierno de Berlusconi saque adelante las reformas prometidas. Berlusconi, un vendedor extraordinario y sublime ilusionista de los medios de comunicación, llegó al poder conjurando visiones de una prosperidad sin precedentes para las masas de Italia y se proclamó a sí mismo el "mejor estadista de la historia italiana", así como el líder más importante del mundo.


La carrera de Berlusconi, el primer magnate de los medios (pero no el último) que preside un país, ha estado dedicada al principio de que la percepción es la realidad, de que si haces que la gente crea algo, se convierte en realidad. Pero finalmente, se ha interpuesto una realidad cada vez más cruda: 17 años de estancamiento económico, de reformas prometidas y no aprobadas, una deuda nacional que supera el 120% del PIB y, por último, unos tipos de interés por las nubes, han hecho que las ilusiones se vengan abajo. Paradójicamente, la percepción es crucial para los mercados financieros; pero, a la larga, como en la burbuja inmobiliaria, la percepción tiene que estar vinculada a alguna realidad económica subyacente. Y por eso, irónicamente, este timador político ha fracasado porque ha perdido la "confianza" y la "credibilidad" tanto de los mercados financieros como de las cancillerías de Europa.

En los últimos años, Berlusconi fue sinónimo de escándalo a causa de sus incesantes flirteos, fiestas salvajes en el palacio presidencial, escarceos con prostitutas a sueldo y chicas menores de edad, y una serie de denuncias penales y casos de corrupción que le han perseguido durante años. Y luego está su propensión a hacer comentarios subidos de tono en las reuniones internacionales, refiriéndose al "bronceado" de Barack Obama o fanfarroneando sobre cómo utiliza sus dotes de playboy para obtener concesiones del primer ministro finlandés. Esto ha hecho que a los extranjeros les resulte tentador sonreír y sacudir la cabeza y decir "solo en Italia".