Despues de dos semanas en Florencia, llegó el momento de hacerle una visita al mar mediterraneo, aunque ya suelo ser bastante asidua en Barcelona, queria ver la costa italiana, y que mejor sitio que en Cinque Terre, un lugar maravilloso donde lo imposible se hace posible de alguna manera.
Desde Florencia hasta llegar alli es una pequeña odisea ya que se tienen que coger nada mas y nada menos que 3 trenes: Florencia - Pisa, Pisa - La Spezia, La Spezia - Cinque Terre.
Una vez alli, en Riomaggiore (el primer pueblo) nos disponemos a visitar la zona y descubrimos la via dell' amore, una pequeña ruta que conecta Riomaggiore y Manarola, donde los enamorados pueden pasear mientras contemplan un maravilloso paisaje a la vez que pueden colgar los famosos candados, que decoran todo el paseo.
Una vez en Manarola (el segundo pueblo) empiezas a darte cuenta de lo impresionan te del paisaje, un pueblo pescador, donde las barcas decoran las calles del pueblo, a la vez que puedes hacer grandes fotos. Una vez pasas Manarola es el momento ideal para empezar a buscar un buen lugar donde tomar el sol ya que empieza a hacer calor.
Despues de caminar un poco, encontramos una pequeña cala cerca del pueblo, donde descansar y darse el primer baño. Antiguamente esta pequeña cala era por donde sacaban las barcas del mar para repararlas, pintarlas, etc., ahora es un bonito lugar donde refrescarse, rodeado de rocas y de peces por todos lados.
Al mediodia toca dar otro paseo, hasta Corniglia, esta vez cuesta mas, ya sea por el calor, la distancia o simplemente porque todavia no habiamos comido, pero sin duda fue el mejor paseo, con un puente movil y una pequeña fuente a mitad del camino que hicieron que el viaje no fuera tan pesado.
Para llegar hasta Corniglia, se tienen que superar 382 escalones para llegar hasta el corazon de Cinque Terre, una vez en el pueblo, nos dispusimos a descansar y coger fuerzas para poder volver, aunque, una lastima, ya por el horario, y las largas horas que nos quedaban para volver a Florencia, tuvimos que acabar ahi nuestro itinerario. Cogimos un tren desde Corniglia hasta la Spezia, otro hasta Pisa y finalmente otro hasta nuestro destino.
Nada mas llegar a Florencia lo primero que hicimos fue comprar un After Sun, ya que tantas horas expuestos al sol nos hizo quedarnos un poco desprotegidos.