La cocina florentina (y más en general la de toda Toscana) tiene un origen pobre y deriva del utilizo de ingredientes frescos y naturales que los florentinos mezclan desde hace mucho tiempo creando platos simples pero muy sabrosos. En la actualidad, la cocina florentina es muy parecida a la de los siglos pasados también si la variedad de los ingredientes es mucho más amplia. Hoy como antes, los florentinos dan mucha importancia a la calidad de los ingredientes y al utilizo frecuente de hierbas aromáticas como albahaca, tomillo, perejil y romero.
Los tomates que se encuentran en Florencia y en toda la Toscana son de calidad excelente: por eso no es extraño que muchos platos típicos de la cocina florentina sean preparados con esta hortaliza. Además, los florentinos aman la carne, en particular el buey para la tan famosa bistec `a la florentina` pero utilizan también el cerdo y la caza (en particular jabalí y conejo). Los callos y el `lampredotto` (un tipo particular de callos) son platos muy apreciados en Toscana y tienen una tradición que se remonta a la época en la que la carne era una comida demasiado cara. La pasta no es un elemento esencial en la cocina toscana, y es el único producto que se importa del resto de Italia, mientras que el aceite se utiliza mucho. Es cierto que todos los platos se combinan con excelentes vinos (casi siempre tintos) que se producen en Toscana. Algunos restaurantes florentinos están especializados en la cocina de pescado remontándose a las tradiciones de la cocina de la costa toscana.